Acostumbro expresar mis ideas de una manera distinta. Baladí, cada pensar que no se muestra hoy aquí. Ciertamente intenté expresarlo en varias ocasiones; mas, en mi timidez, callé. De vez en vez interrumpo una conversación para hablar de ti. En algunas de ellas, confieso, jamás presté atención; en otras, la magnitud del recuerdo latente invadió con creces el momento de tal manera que sólo pude decir de ti. Frustrado está mi mejor amigo por nos, se le puede escuchar refunfuñar que preferiría no tener que esperar más, levantar una copa en señal de gozo o tender su mano para demostrar apoyo en virtud del resultado.
Generalmente decido ignorar aquello que conlleva el existir, en disposición a lo que vendrá y el qué será, me limito a ignorar. Hay algo en tu hablar que me domina, quizá el timbre de tu voz o la premura en cada frase; no mentiré, adoro escucharte. Intrínseco valor otorga al existir tu presencia hoy aquí. Juraría que creí hoy tendría la respuesta, que sería este el día en que aceptaría si el momento se escapó, si es tábido ya lo que siento hoy, si con irenismo buscar una idea equiparar y su expresión declamar; más reculo ante el temor de frangollar, amilanar la imagen que hoy tengas de mí. Kohl veo en tu faz y en su meollo, termino sin palabras.
La verdad, debo admitir que, esta vez, escoger y combinar palabras que resuenen con el timbre de un sentir no es el mayor reto al trazar líneas aquí; amorfas corrientes de cristal, meras letras redactar. Menester de tu logia me rehuso a transformar; aunque, irónicamente, cada vez deseo saber más de ti. Noctambular inquiriendo qué vendrá, de cierta manera, pues es ajeno el pensar que te caracteriza. Optaría quizá por un instante más, cada excusa es válida, ansío conocer si compartes mi sentir. Perturba mi interior la idea que no soy para ti, ocurre que quizá el sentimiento sólo existe en mí. Quizá el momento se ha esfumado ya, tal vez no ha comenzado aún.
Rememoro con frecuencia la idea que representas, agradezco en gran forma tu existir y atesoro desde mi lugar la manera en que tu pómulo se flexiona al sonreír, anhelo la próxima ventana en que estarás cerca cada vez que te veré. ¿Será acaso que nunca te busqué, sino tú a mí? Te encontré durante un proceso complejo y nuevo para mí; es increíble, tu mero existir se convirtió en inspiración y saber más, aspiración.
Ufanar no es la intención, nace sin querer una sonrisa, radiante, tanto urdir culmina al fin. Verás, te quiero; más allá de lo sublime, de lo fraterno y el respeto, te quiero. Wok a la mesa, alista la prosa. Xecuda, aún así, elucubra frases sin sentido. Yace próximo el final, es posible saborear como del origen surge disidencia en expresar, una simple idea proclamar. Zahoriar en libertad, flagrante distracción; tu aroma incautó mi sereno pensar.