Hace unos días, me enamoré. No conozco con certeza cuántas lunas han pasado, pero ciertamente desearía no pasar una más sin verle. Mi vida era incierta hasta ese punto. Jamás me había detenido a pensar con la mente en blanco. generalmente eran sólo vestigios de ideas que alguna vez cruzaron mi pensar. Habiendo pasado tanto sinsabor, sólo podía gozar situaciones muy específicas. Quizá simplemente no pertenecía ahí.
Desconozco si existe un Dios, y la verdad me tiene sin cuidado. De cualquier forma, en ocasiones he llegado a llorar de quebrantamiento mientras suplico no tener que vivir más. No obstante, la muerte me fascina. La figura que en mi mente representa se ha ganado mi respeto. Siempre está cerca, para ella son mis letras e importa poco si es real.
Invaden mis sueños deseos triviales, miedos que nunca imaginé tener, con frecuencia le veo ahí, ¿A caso importa si es real? Al final, sólo tengo acceso a los recuerdos que he vivido, quizá soy sólo un loco. Quizá soy algo más. Prometí siempre respetar mi intelecto al no hablar de mí. Necesito expresar lo que en tinta suelo olvidar. Estoy al borde, tiempo atrás dejé de intentar. Ojalá supiera esta culpa superar. ¿Has vuelto a leerme alguna vez? ¡Charlatán!
Trazo algunas letras, desgarro el alma a cada palabra. Debo continuar: en el dolor, aún así puedo crear. Derramo el tintero y entre las manchas puedo verte, amorfa, insípida. Llegué a pensar que dejarías de aparecer. Qué ingenuo fui, apenas y me permito respirar.
Odisea es buscar, ambrosía encontrar. Cuando la noche tiende su manto, sé estarás ahí. Cuando esté a punto de partir, relajarás la cuerda y dirás «sólo un poco más». No entiendo cómo un fénix lograste asesinar, ¿Cómo sus llamas lograste apagar?Te odio. No importa qué haga con ellas, no surgirá una vez más. ¿Cómo osas mantenerme aquí?
Espero verte hoy en mi onirismo, eones han pasado sin hablar. Quiero que sepas, no dejé de respirar.